Worms

¡El primero de muchos!

Una de las mejores sensaciones en el mundo, seguro, es cuando ese plátano de dinamita cumple con su objetivo y envía lejos el último miembro del equipo contrario. Al final, con tantas lápidas decorando el medio ambiente, resta apenas subir los brazos y gritar muy orgullosos de que eres el campeón.

Y si estás decidido a zambullirte de cabeza en tus recuerdos más nostálgicos, reúne a tus amigos para participar en concursos llenos de mucha adrenalina. El arsenal a tu disposición es gigantesco, pasando por armas clásicas a las ovejas saltarinas, permitiéndote destruir completamente varios escenarios generados aleatoriamente.

Aquí lo que cuenta es participar, tanto a la hora de aprender a jugar cuanto a la hora de sacar aquell escopeta y apretar el gatillo justo en el pecho de un gusano resbaladizo. Recuerden que los verdaderos Worms no toman prisioneros. ¡Sólo puede haber un ganador!